No sé si ya te lo he dicho alguna vez, si es así, pues me repito y ya está y si no, tal vez hasta te sorprendas: Te necesito.
Llevo días deseando tu presencia, la física "y la otra"... mucha distancia, mucha frialdad desde hace un tiempo y no me siento agusto. Te noto demasiado lejos y temo que no pase mucho tiempo hasta que no vuelvas (y no lo digo sólo en el aspecto físico).
Sí, soy consciente de las circunstancias, lo soy desde el primer día, pero eso no compensa ni reduce las ganas, aunque no las muestre desde hace tiempo. Supongo que el no dejarlas aflorar, el contenerlas es una manera de luchar contra ellas, de intentar amarrar deseos, para que no se desboquen y al final se vuelvan contra mí. Pero es que tengo ganas de sentir tu calor, tus caricias (las suaves y las otras), tus manos en mi pelo, en mi rostro, en mi cuello... es una necesidad, sí, lo es y ya sabes que odio reconocer este tipo de cosas. Aunque, curiosamente, por otro lado, siento también la necesidad de sentirmede nuevo "seducida" y romper con esta rutina de no vernos, de no tener contacto...
Y esa necesidad, pensando en tí, ya es un sentimiento que me invade todo el día (y parte de la noche, hasta que, rendida, caigo dormida en la cama... incluso puede que sueñe contigo, pero desde hace tiempo no suelo recuerdar mis sueños, cosas de la química recetada por la Unidad del Dolor -una masoquista acudiendo a la U.del Dolor... hasta en eso la vida me sonríe irónicamente-).
Te necesito y que no estés, duele hasta hacerme quedar sin respiración, literal.
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