miércoles, 20 de octubre de 2010

En busca del tiempo perdido

"Otras veces, así como Eva nació de una costilla de Adán, una mujer nacía, mientas yo estaba durmiendo, de una mala postura de mi cadera.
Y siendo una criatura hija del placer que yo estaba a punto de disfrutar, se me figuraba que era ella la que me lo ofrecía. Mi cuerpo sentía en el de ella su propio calor, iba a buscarlo, y yo me despertaba.

Todo el resto de los mortales se me aparecía como una cosa borrosa junto a esta mujer, de la que me separaba hacía un instante; conservaba aún en mi mejilla el calor de su beso y me sentía dolorido por el peso de su cuerpo."

Marcel Proust

2 comentarios:

vidimus dijo...

Al final lo veo claro. Eres una romántica empedernida. Pero mucho.

Unknown dijo...

pues no lo veo yo así...