Quedamos ayer en que nos traerían el desayuno (no hay comedor y te traen el desayuno a la habitación, este hostal ya me parece demasiado cutre al segundo día, menos mal que es tranquilo y muy limpio y en las camas se duerme de lujo) a las 8 de la mañana, son las 8,20 cuando lo traen. Dos expressos, un ¿zumo? y 2 bollitos (bollería industrial) para cada una. Bueno por lo que hemos pagado vistos los precios por aquí no se puede pedir más y al parecer, es que la cosa funciona así, el ayuntamiento romano regula en cierto modo los precios de los alojamientos y les obliga, para poder cobrar a partir de cierta cantidad, que se ofrezca alojamiento y desayuno como mínimo y los hosteleros, te dan un desayuno mísero para cumplir.
Destino de hoy: zona Coliseo.
Tras la parada oportuna para tirar unas fotos, seguimos via (nunca mejor dicho lo de vía) Statuto, donde localizamos un cuco bar-restaurante "de barrio" donde tomamos un café más y vemos los menús a 10 €. Si podemos, la lasaña aquí.
Llegamos a Cavour y hacia abajo, hacia el Foro. En una calle lateral, localizamos al fondo el Coliseo. En otra, la iglesia de San Pietro in Vincoli, donde está la escultura del Moisés, encontrándose en un alto y decidimos dejarla para luego.
La columna Trajana, al fondo, impecable, resalta entre el resto, en estos momentos en plena fase de excavaciones y recuperación. Tantas veces nos la enseñaron en Historia y ahí está. Parece mentira.
Junto a la columna, la iglesia del Santo Nombre de María y Santa María de Loreto (no entramos).
Y accedemos a una zona en altura junto al Ayuntamiento donde podemos ver el Foro Romano con un primer plano del Arco de Severo.
Continúamos la excursión bordeando la zona, en dirección al Coliseo por la Via del Foro Romano (qué propios) admirando, más bien, lo que debió ser en su momento y apenas por cómo el tiempo, con mucha ayuda del ser humano, destroza las cosas. Arquitectura efímera...
Tras salir y ver los alrededores (con un templo griego dedicado a Fortuna y otro edificio rehabilitándose) y el arco de cruzamos un puente, "Ponte Palatino" hacia el famoso Trastévere, que tanto nos han insistido en que visitemos por lo pintoresco y blah, blah, blah... pues nada, una vueltecita por las calles y elección de restaurante para comer. Entramos a uno que parece cuco y no muy caro y nos atiende un italiano muy atractivo y simpático. La pasta, buenísima, la cervecita, entra que no veas, con el calorazo que estamos pasando. Y tras una horita aprox. de "parada y fonda" a retomar el camino, callejeando llegamos a una plaza donde lo que vemos son ancianos y niños (éstos últimos en la parte enrejada de la plaza, jejejeje) y a una iglesia que está cerrada, de vuelta, pasamos por una heladería a tope de gente italiana... no sucumbimos a la tentación. El plano nos conduce a una calle principal, me compro un vestido en un puesto de la calle (hay muchísimos repartidos por toda la ciudad, como un mercadillo permanente de puestos sueltos) por 5 € y nos vemos obligadas a girar hacia otra calle porque hay una manifestación delante de un ministerio (el de los funcionarios, por lo que leímos en el plano) y terminamos cruzando al otro lado de nuevo, por el siguiente puente y leyendo en la guía recuerdo que está por allí el Priorato de los Caballeros de Malta, desde cuya puerta de entrada, concretamente desde la cerradura, se puede ver la cúpula de San Pedro enmarcada por unos árboles... tomamos un café y pregunto cómo subir al Priorato. "Il secondo semáforo"... pues para allá que vamos.
Pues nada, ya nos toca mirar por la cerradura. Halaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa... ahí está San Pedro (vamos, la cúpula), al fondo de un pasillo de un jardín, enmarcado por unos cipreses... qué pasada...
Y resumiendo, bajamos, vimos de lejos la pirámide que fue una sorpresa porque no teníamos conocimiento de su existencia y a coger un bus para volver a Términi y comprar algo en el super para cenar y descansar.
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