"La matanza de Texas" me impide celebrarlo como quisiera... ejem...
domingo, 31 de octubre de 2010
sábado, 30 de octubre de 2010
viernes, 29 de octubre de 2010
Fragmentos

(...)

(...)
Ahora comprendo por qué siempre prefería arrodillarme. Colocarme de rodillas se compadece con la naturaleza que describo. Los esclavos siempre se arrodillan. Arrodillada entonces a orillas de la cama encorvaba mi espalda hasta casi tocar el piso con el cabello, y con eso no hacía otra cosa que ofrecerla. La espalda, en casos como el mío, siempre se la ofrece a los azotes. Ante tal ofrecimiento él extraía su cinto, ancho y de cuero, lo doblaba sobre sí y tomándolo de la hebilla y del otro extremo comenzaba a dejarlo caer suave y rítmicamente sobre mí. Por cierto que nunca fueron golpes verdaderos, pero aún así debo reconocer que eran deliciosos. Periódicamente recibía su orden de arrodillarme y encorvarme y nunca dudaba
(...)
Cuando hay madurez y consentimiento, la libertad en este campo ha de ser absoluta, pues con ello a nadie se ofende ni se daña.El día transcurría con normalidad. Trabajábamos, íbamos al cine, concurríamos a veladas con la familia o amigos, nos ocupábamos de las cosas comunes o extraordinarias. Pero de noche teníamos nuestro secreto, nuestro pequeño altar consagrado a adorar los bajos fondos de nuestras ficciones y simbolismos. La alcoba era nuestro territorio. La tela virgen pronta, preparada para trazar en ella los contornos de nuestras fantasías. Dos seres libres el uno para el otro. En ese recinto todo nos estaba permitido, era la puerta que daba a la irrealidad, al juego, y que liberaba las amarras de nuestros más recónditos deseos. De día «sí, señor», «¿qué desea, señora?», «¿almorzamos juntos, mi amor?», «¿has tenido muchos pacientes, querido?», «vamos el domingo a lo de mis padres»; «te adoro, mi amorcito». A la noche, en cambio, nuestro secreto, nuestro castillo. «Desnúdate.» «Sí, señor.» «Te castigaré.» «No, señor, por favor no», con un «no» que siempre era más un ruego, un decir sí, un ansioso desear que lo hiciera. «Lo haré hasta que lo pidas.» «Hágalo entonces, señor.» «Arrodíllate.» Y zas, zas, zas
(...)
Debo aclarar a estas alturas, aunque creo que se ha comprendido, que no era el regodeo en el dolor lo que me excitaba sino la sensación de la sumisión. Existía un extraño placer en ella, un intenso goce en la sensación de pertenencia, en ser tratada como un objeto más de uso cotidiano
(...)
Hay una vieja película de la década del setenta que indignó a los movimientos feministas y escandalizó a los círculos morales. Precisamente su motivo es la sumisión voluntaria por amor y se llamaba Historia de O. La protagonista se transforma en un objeto a disposición de su hombre al punto tal que ni nombre tiene, se la designa con una mera letra y se le ordena. Y llega así un momento en que acepta llevar la marca de su dueño, la que se le estampa a fuego en una de sus nalgas.
Ese símil entre la mujer y el ganado era la perfecta alegoría de la posesión.
Conocíamos de su existencia e incluso recordábamos algunas crónicas que la comentaban. Por casualidad, la hallamos en un video club repleto de viejas cintas.

(...)
El permanecer absolutamente desnuda mientras él comía, bebía, leía sus libros o miraba televisión, me convertía en algo a su merced, en algo disponible a su arbitrio y en cualquier instante. Podía imprevistamente cerrar el libro, tomarme allí mismo y continuar luego su lectura. Debo admitir que me encontraba completamente amaestrada. Sólo le bastaba un gesto y yo corría a arrodillarme entre sus piernas, a abrirlas suavemente hasta que cada muslo presionara en ambos brazos del sillón. Luego extraía lentamente su miembro de entre la cremallera y lo ponía en mi boca mientras él continuaba su rutina, fuera lectura, televisión o simplemente fumar y beber.
Había transitado un largo camino hasta lograr mi propósito. Por ello, la sola idea de pertenecerle, de jugar a ser de su propiedad, más allá de su cierto valor cargado de erotismo, simbolizaba notablemente, sin hojarascas ni cortezas, sin lugares comunes ni frases pomposas, la adoración que le profesaba
(...)

(...)
Mi muy querido Hernán:
Estoy segura de que lo que hasta ahora has leído te es familiar, como igualmente lo estoy de que no lo será tanto lo que a continuación te diré.
Ha pasado ya más de un año largo desde que me liberaste. Debes saber que dediqué todo ese tiempo a perfeccionar mi mente. He acabado por aceptar mi monstruosidad, al punto de considerarme hoy una pequeña abominación de la psicología. Por una especie de azar genético nací especialmente dotada para la servidumbre y la humillación, y tuve la desdicha de dar contigo. Aunque como la felicidad nunca es completa tu tarea quedó a mitad de camino.
Te he dicho ya que por lo menos una vez debiste haber tomado otra mujer en mi presencia, sobre todo en los primeros tiempos en que los celos tanto me atormentaban. Ah, que innombrable placer hubiera sido experimentar el dolor de verte gozar con otra. Estoy completamente segura de que aunque tu cuerpo hubiera estado sobre ella la atención de tu mente se habría centrado en mí.
Otro de tus errores fue el suponer que mi condición sólo te otorgaba la potestad de usarme o dejar de hacerlo, pero olvidaste que todo derecho de uso, además de esas dos opciones, tiene como atributo el de compartir. Nunca lo ejercitaste cediéndome a algún amigo tuyo, y no creas que me hubiera complacido en ello por mera promiscuidad. Muy lejos de tan primitiva sensación, mi placer hubiera estado en sólo complacer tu capricho.
Apuesto a que en este mismo momento estas padeciendo una erección, una de las tantas que te habré provocado estos días.

Te confesaré que también me han asaltado otros pensamientos, y éstos sí que me hicieron temer por mi propia razón. Pero, como según te he dicho terminé por admitir mi singularidad, me atrevo a contártelos. Verás, he llegado a imaginar cuál es el límite de la esclavitud, cuál podría ser el mayor acto de sometimiento para alguien como yo. Y he razonado que sólo se esclaviza íntegramente quien, a la sola voluntad del amo, acepta renunciar y negar el más estrecho y sagrado de los vínculos. La completa posesión existe en el lugar y momento en que dejas que tu carcelero arranque el hijo que llevas en tu vientre. Querido Hernán, te faltó preñarme y decidir mi aborto. Hecho por otra parte extremadamente común. Tú sabes cuántas mujeres matan a sus hijos por conservar al hombre que los engendró. Lo verdaderamente curioso es que la mayoría de esas mujeres, soportando la última de las sumisiones, no tolerarían ni la mitad de las humillaciones por las que yo he pasado.
Ya sabes ahora embebida en qué tipo de pensamientos fui sobrellevando mi libertad, cual si fuera el preso del que te he hablado, cuyo día transcurre ideando un delito para retornar al presidio.
Pero ¿cuál sería mi delito? Obviamente que mi condición requería de algo más complejo que robar en un supermercado o tirar una piedra a los vidrios de un automóvil. Ojalá hubiera sido tan sencillo. Por supuesto que existía la alternativa de adaptarme a mi libertad, o incluso, amarrarme a otros hombres. No lo hice y renuncio a buscar otra explicación para ello que no sea atribuirlo a la extraña química que te he mencionado.
Supongo que ya te has dado cuenta de que estas notas que te hago llegar, Aurora mediante, son parte de mi plan. Estoy segura de que al leer la primera ya percibiste que no se trataban de un simple diario. Sin embargo a veces pienso que hubiera sido rigurosamente lógico que te enviara mi diario, si es que alguna vez hubiera llevado uno, claro está. ¿Acaso no se compadecería con mi pasión por la desnudez? Desvestir mi cuerpo y mi mente, sin escondite alguno, y abandonar así el último de los derechos: mi mínimo espacio de privacidad.
Pero como nunca he llevado un diario, para renunciar a ese último derecho, a ese último atisbo de dignidad, debí escribir deprisa. Reconozco que es, en un aspecto, una nueva y singular forma de exponerme. Como últimamente no he podido servir tu mesa desnuda he ideado este peculiar sustituto. Siendo parte del plan que te he descubierto, no puedo ocultarte que estos envíos me provocan también un placer por sí mismos.
Tampoco se te oculta que he contado con la complicidad de Aurora. Y no sólo por acceder a hacer de correo entre tú y yo. Sabes ya que mi hermana mayor experimenta una rara dependencia hacia mí. De niñas, era yo quien elegía los juegos y designaba su posición en ellos. En la adolescencia fui su confidente y ahora se ha convertido en una especie de admiradora. Pienso que su extrema fealdad ha contribuido en no poco grado a forjar esa relación. No fue entonces difícil convencerla de colaborar con mis planes. Ya te he dicho que sólo ha vivido a través de mí; sus pequeñas y contadas alegrías se originaron en las mías y por cierto que también mis dolores eran fuente de los suyos. A propósito, ¿sabes que es virgen? Y lo es porque nadie se le ha animado. No tiene entonces otra cosa mejor que hacer que cooperar conmigo.
No obstante, aquí me detendré porque deseo verte mañana nuevamente, ocasión en que aprovecharé para contarte, ahora sí, en qué consiste el plan del que te he hablado.
Siempre tuya, Mara
(...)
Cuando Mara llega a su descubrimiento pasa a un estadio en el que puede prescindir del coito para llegar a su plenitud. Ése es el momento en que el deseo comienza a gobernarla con una magnitud aterradora porque ve que está a las puertas de un nuevo mundo
(...)
Del mismo modo, el estímulo doloroso, humillante, sobre el cuerpo y la psique de Mara, en tanto simbolizan una situación de sometimiento, es condición necesaria y suficiente para su placer. Nótese que digo «y suficiente», pues ahora aparece dentro de los casos que escapan a la generalidad.
Y, ahora bien, ¡qué diablos importa si alguien obtiene el tan ansiado derrame acariciando cabellos, olfateando medias, recibiendo o propinando azotes! Nada hay en ello más que la manifestación de la diversidad humana, de la suprema libertad de la alcoba.
(...)
Me figuro también que es invierno y de noche. Pienso en una cabaña de madera solitaria en el campo y con una gran chimenea. Fuera de ella todo es soledad y silencio en el paisaje. Me acerco a su interior. Desde la ventana se ve un cielo con millares de estrellas y frente a ella, contemplándolas absorto, está Hernán. Se encuentra sentado en un cómodo sillón, abrigado con un suéter grueso y una bata. En el piso, y echada a sus pies, está Mara completamente desnuda
Fragmentos de "Ella sólo quería estar desnuda", de Andres Urrutia
domingo, 24 de octubre de 2010
J&H
Mi Hyde cabrón me repite constantemente: "eres una mierda" (entre otras lindezas)
Y... ya ni tú consigues apartar esa idea de mi cabeza...
viernes, 22 de octubre de 2010
Azul intenso
De repente
se dió cuenta de que ya no le miraba a los ojos como antes,
que ya no se perdía en el océano azul de su mirada...
y no tuvo que pensar mucho para darse cuenta de porqué no lo hacía.
Srta.Marta, oct. 2010
miércoles, 20 de octubre de 2010
En busca del tiempo perdido
"Otras veces, así como Eva nació de una costilla de Adán, una mujer nacía, mientas yo estaba durmiendo, de una mala postura de mi cadera.
Y siendo una criatura hija del placer que yo estaba a punto de disfrutar, se me figuraba que era ella la que me lo ofrecía. Mi cuerpo sentía en el de ella su propio calor, iba a buscarlo, y yo me despertaba.
Todo el resto de los mortales se me aparecía como una cosa borrosa junto a esta mujer, de la que me separaba hacía un instante; conservaba aún en mi mejilla el calor de su beso y me sentía dolorido por el peso de su cuerpo."
Marcel Proust
martes, 19 de octubre de 2010
Un nuevo caso de buenos tratos conmueve al país
Una mujer de 28 años se estremeció ayer en los brazos de su esposo en la localidad murciana de Lorca. El suceso se produjo en el domicilio de ambos. La pareja vivía junta desde hace dos años.
El hombre (A.F.G) acudió a su lado con el pretexto de recoger algunas cosas que estaban cerca de ella, en ese momento se desató un intenso calor en la piel de las mejillas de ambos que acabó con una suave caricia sobre el pelo de la mujer.
El hombre besó a su esposa en repetidas ocasiones en el cuello y el tórax.Según parece ella le correspondió de forma similar.
Tres patrullas se desplazaron de inmediato a la vivienda y detuvieron al presunto autor.Según algunos testigos, al ser arrestado, A.F.G. aseguró que tiene intención de entregarse a ella para siempre y que lo que más desea sobre todas las cosas es hacerla feliz y acariciar su piel.
( Noticia imposible de cualquier periódico ).
Texto: Jesús Moreno Moreno
lunes, 18 de octubre de 2010
Volar
“Acérquense al borde"
"No podemos. Tenemos miedo"
"Acérquense al borde"
"No podemos. Nos caeremos!"
"Acérquense al borde"
Y se acercaron.
Y él los empujó.
Y volaron.
Guillaume Apollinaire
domingo, 17 de octubre de 2010
Marcas
{...}
¿Qué había hecho, qué había dejado de hacer para que ya no la quisiera? Qué loca estás, O, como si tuviera algo que ver con los méritos, como si pudieras hacer algo. Los hierros que le oprimían el vientre, la marca que le cruzaba los riñones, eso era ella; se había mostrado altanera porque esas marcas proclamaban que aquel que se las había impuesto la amaba lo bastante como para apropiarse de ella.
¿Acaso valía de algo sentir vergüenza ahora, cuando si él ya no la amaba aquellas marcas indicarían para siempre que ella le pertenecía? Ya que después de todo, él seguía deseando que ella le perteneciera.
{...}
Retorno a Roissy, Pauline Réage
viernes, 15 de octubre de 2010
Estar
sin estar...
esa es la cuestión
esa es la realidad
ese es el problema*
Había tantos días que no podía con ello...
(*uno de tantos en realidad cuando no aprendes a conformarte...
porque en realidad es que seguramente, no debas hacerlo, -pensaba)
jueves, 14 de octubre de 2010
Blanco Nuclear
Sintió la necesidad de escribir y
se colocó
frente a la pantalla
en blanco
se colocó
frente a la pantalla
en blanco
Tras unos minutos se dió cuenta
de que
se había quedado
idem...
miércoles, 13 de octubre de 2010
Poema XIII
He ido marcando con cruces de fuego
el atlas blanco de tu cuerpo.
Mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose.
En ti, detrás de ti, temerosa, sedienta.
Historias que contarte a la orilla del crepúsculo,
muñeca triste y dulce, para que no estuvieras triste.
Un cisne, un árbol, algo lejano y alegre.
El tiempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal.
Yo que viví en un puerto desde donde te amaba.
La soledad cruzada de sueño y de silencio.
Acorralado entre el mar y la tristeza.
Callado, delirante, entre dos gondoleros inmóviles.
Entre los labios y la voz, algo se va muriendo.
Algo con alas de pájaro, algo de angustia y de olvido.
Así como las redes no retienen el agua.
Muñeca mía, apenas quedan gotas temblando.
Sin embargo, algo canta entre estas palabras fugaces.
Algo canta, algo sube hasta mi ávida boca.
Oh poder celebrarte con todas las palabras de alegría.
Cantar, arder, huir, como un campanario en las manos de un loco.
Triste ternura mía, qué te haces de repente?
Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
mi corazón se cierra como una flor nocturna.
Pablo Neruda
martes, 12 de octubre de 2010
Medicándose que es gerundio (y 2)
Tryptizol 25 mg: Amitriptilina clorhidrato
Indicaciones: Neuralgia

Efectos adversos: Los efectos adversos de amitriptilina son, en general, frecuentes, moderadamente importantes y en algunos casos graves. En la mayor parte de los casos, las reacciones adversas son una prolongación de la acción farmacológica y afectan principalmente al sistema nervioso central y autónomo.
Las reacciones adversas más características son: -Frecuentemente (10-25%): sedación y efectos anticolinérgicos: sequedad de boca, estreñimiento que ocasionalmente puede inducir un íleo paralítico, retención urinaria, visión borrosa, trastornos de la acomodación, glaucoma e hipertermia.
-Ocasionalmente (1-9%): somnolencia; hipotensión ortostática y taquicardia especialmente en ancianos, arritmia cardiaca, depresión miocárdica, cambios en el ECG (prolongación en los intervalos QT y QRS); erupciones exantemáticas, leucopenia, agranulocitosis, ictericia colestática y aumento de peso.
-Raramente (<1%): confusión especialmente en ancianos, reducción de la concentración, alucinaciones, pesadillas, manía, parestesia, cefalea, neuropatía periférica, ataxia, temblor, convulsiones, tinnitus, estomatitis, náuseas, vómitos, alteraciones del gusto (sabor agrio o metálico), fotodermatitis, disartria, conjuntivitis, anisocoria, mialgia, galactorrea, impotencia sexual, pérdidas menstruales.
El tratamiento debe ser suspendido inmediatamente en el caso de que el paciente experimente algún episodio de convulsiones, fiebre con sudoración, hipertensión o hipotensión, dificultad en la respiración, pérdida de control vesical o rigidez muscular grave
lunes, 11 de octubre de 2010
Medicándose que es gerundio (1)
Neurontin: gabapentina
Indicaciones: Dolor neuropático periférico

Menos mal que quitan el dolor para el que me las han mandado...
domingo, 10 de octubre de 2010
Tatuajes
-"Me he tatuado su nombre!!!!"
-"¿Cómo?"
-"Síii, que me he tatuado su nombre, mira, aquí"...
Lo observa en silencio.
-"Qué... (gilipollez,-piensa, pero no es la persona más adecuada para decir nada, con esas iniciales en su propia piel, en contra de sus llamemos "principios" sobre los tatuajes y las relaciones)
Qué... bien",-dice por fin. Todavía no tiene claro si no se arrepiente. Es curioso.
sábado, 9 de octubre de 2010
lunes, 4 de octubre de 2010
¿Y tú, moldeas?
Bien viene el goce duro, cuando hay buen Balanceo.
Pero...
Dulzura es el suavizante con que al himen Desposeo.
Sentimiento tan gigante al hacerte este Sondeo.
Mucho amor derramo en ti, hasta alcanzar el Mareo.
Dolor y amor van juntos de la mano del Deseo.
Soportamos tu y yo el sopor del Sufrimiento.
Mientras sube la pasión por el roce del Meneo.
Pero...
Bondad es gran lubricante que suaviza este Bombeo.
Dulzura es el suavizante con que al himen Desposeo.
Sentimiento tan gigante al hacerte este Sondeo.
Mucho amor derramo en ti, hasta alcanzar el Mareo.
Y por fin...
Besos locos de pasión, no me importa el Baboseo.
Dádiva de hondo afecto, que aleja ya el Devaneo.
Serás mi rica comida mientras yo te Saboreo.
Mágica piedra en mis manos, que hoy en joya Moldeo.
Rubén Sada
domingo, 3 de octubre de 2010
Espiral
Volver a empezar
de nuevo intentar olvidar
cosas que se repetirán
una y otra vez
y yo sólo puedo
dejarme llevar
y yo sólo quiero...
Te llevo en la piel
Srta. Marta, oct. 2010
Diario de un viaje, Roma día 2
Quedamos ayer en que nos traerían el desayuno (no hay comedor y te traen el desayuno a la habitación, este hostal ya me parece demasiado cutre al segundo día, menos mal que es tranquilo y muy limpio y en las camas se duerme de lujo) a las 8 de la mañana, son las 8,20 cuando lo traen. Dos expressos, un ¿zumo? y 2 bollitos (bollería industrial) para cada una. Bueno por lo que hemos pagado vistos los precios por aquí no se puede pedir más y al parecer, es que la cosa funciona así, el ayuntamiento romano regula en cierto modo los precios de los alojamientos y les obliga, para poder cobrar a partir de cierta cantidad, que se ofrezca alojamiento y desayuno como mínimo y los hosteleros, te dan un desayuno mísero para cumplir.
Destino de hoy: zona Coliseo.
Tras la parada oportuna para tirar unas fotos, seguimos via (nunca mejor dicho lo de vía) Statuto, donde localizamos un cuco bar-restaurante "de barrio" donde tomamos un café más y vemos los menús a 10 €. Si podemos, la lasaña aquí.
Llegamos a Cavour y hacia abajo, hacia el Foro. En una calle lateral, localizamos al fondo el Coliseo. En otra, la iglesia de San Pietro in Vincoli, donde está la escultura del Moisés, encontrándose en un alto y decidimos dejarla para luego.
La columna Trajana, al fondo, impecable, resalta entre el resto, en estos momentos en plena fase de excavaciones y recuperación. Tantas veces nos la enseñaron en Historia y ahí está. Parece mentira.
Junto a la columna, la iglesia del Santo Nombre de María y Santa María de Loreto (no entramos).
Y accedemos a una zona en altura junto al Ayuntamiento donde podemos ver el Foro Romano con un primer plano del Arco de Severo.
Continúamos la excursión bordeando la zona, en dirección al Coliseo por la Via del Foro Romano (qué propios) admirando, más bien, lo que debió ser en su momento y apenas por cómo el tiempo, con mucha ayuda del ser humano, destroza las cosas. Arquitectura efímera...
Tras salir y ver los alrededores (con un templo griego dedicado a Fortuna y otro edificio rehabilitándose) y el arco de cruzamos un puente, "Ponte Palatino" hacia el famoso Trastévere, que tanto nos han insistido en que visitemos por lo pintoresco y blah, blah, blah... pues nada, una vueltecita por las calles y elección de restaurante para comer. Entramos a uno que parece cuco y no muy caro y nos atiende un italiano muy atractivo y simpático. La pasta, buenísima, la cervecita, entra que no veas, con el calorazo que estamos pasando. Y tras una horita aprox. de "parada y fonda" a retomar el camino, callejeando llegamos a una plaza donde lo que vemos son ancianos y niños (éstos últimos en la parte enrejada de la plaza, jejejeje) y a una iglesia que está cerrada, de vuelta, pasamos por una heladería a tope de gente italiana... no sucumbimos a la tentación. El plano nos conduce a una calle principal, me compro un vestido en un puesto de la calle (hay muchísimos repartidos por toda la ciudad, como un mercadillo permanente de puestos sueltos) por 5 € y nos vemos obligadas a girar hacia otra calle porque hay una manifestación delante de un ministerio (el de los funcionarios, por lo que leímos en el plano) y terminamos cruzando al otro lado de nuevo, por el siguiente puente y leyendo en la guía recuerdo que está por allí el Priorato de los Caballeros de Malta, desde cuya puerta de entrada, concretamente desde la cerradura, se puede ver la cúpula de San Pedro enmarcada por unos árboles... tomamos un café y pregunto cómo subir al Priorato. "Il secondo semáforo"... pues para allá que vamos.
Pues nada, ya nos toca mirar por la cerradura. Halaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa... ahí está San Pedro (vamos, la cúpula), al fondo de un pasillo de un jardín, enmarcado por unos cipreses... qué pasada...
Y resumiendo, bajamos, vimos de lejos la pirámide que fue una sorpresa porque no teníamos conocimiento de su existencia y a coger un bus para volver a Términi y comprar algo en el super para cenar y descansar.
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