Era como un terrorista suicida cargado con un chaleco de (tal vez) infinitas bombas de mano... cada vez que alguien "le tocaba la moral", agarraba una (o dos, o tres o las que tocasen) y la lanzaba contra "su enemig@"... pero a la vez, la onda expansiva hería su cuerpo y así cada vez que explosionaba una de ellas.
Y llegaría un momento en que los daños en su propio cuerpo serían tan devastadores que no se tendría en pie para poder seguir lanzando bombas y entonces... ¿qué pasaría?. Prefería no pensarlo.
¿Podría sacarse ese chaleco de encima y curar las heridas de ese maltrecho cuerpo convenientemente?
Pónganse a cubierto.
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