lunes, 31 de mayo de 2010

Pensamientos

Cuando se introducen algunas motas de polvo en un aparato, éste deja de funcionar. El aparato está intacto, todas las piezas están ahí, sí, pero una nimiedad ha bastado para impedir su funcionamiento. Y vosotros, tenéis vuestra cabeza, vuestros brazos, vuestras piernas y todos vuestros órganos, nada os falta; pero vuestro vecino no os ha saludado al pasar, no habéis recibido una respuesta que esperabais, un amigo os ha ofendido, habéis tenido que esperar más tiempo de lo previsto en el dentista o en la peluquería (¡la lista de todos estos pequeños inconvenientes de la vida diaria es interminable!)… y estáis de mal humor durante todo el día. Estos no son más que algunas motas de polvo, pero son capaces de paralizar y hacer chirriar las ruedas de vuestros centros psíquicos. Así pues, reflexionad: ¿acaso vale la pena estropear todo un día por tan poca cosa? Aprended a soplar sobre todas estas motas de polvo y ¡os sentiréis mucho más ligeros y en paz!

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Pues tengo una mota de polvo muy grande dando por saco en mi mecanismo, entorpeciendo los engranajes... y no consigo que no me afecte por más que me "autoengaño" con que sí, que lo consigo... que yo puedo. Una mierda.
A ver si tengo narices y le pongo valor para sacar la bayeta y el desincrustante (es que está mu enganchao ya) y limpiar de una vez por todas o logro que no me afecte, claro. Porque la culpa de que siga ahí la tengo yo. Y hoy estoy que reviento...

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