Dijo su psiquiatra que ella era un 8.000, una especie de K2 para los demás a la hora de intentar entablar una "relación" (no hablaba sólo de amor, sexo, sino de cualquier tipo de relación) con ella, que les costaba, que encontraban una dificultad enorme para poder hacerlo y por eso, la mayoría, en cuanto veían la dificultad huían o desistían porque no tenían ganas de romperse la cabeza viendo por dónde habían de escalar, por dónde no se puede pisar porque existe riesgo de resbalar y la montaña llevárseles por delante y que esa gente que sí tenía esas ganas, esa "valentía" era una minoría y que no siempre estarían ahí intentándolo "de buena fe" sino que muchas veces sería por el "placer" del reto de alcanzar la cumbre dominando así a la montaña y que entonces al lograrlo, si lo conseguían, ya no les quedaba interés... y le harían/hacían daño.
"Jo, parece que me ha acompañado durante casi toda mi vida este hombre...", pensó ella.
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