jueves, 15 de agosto de 2013

La otra noche

qué calor... las 2 ventanas del dormitorio abiertas, el ruido de la gente hablando, los niños aún en la calle (vaya horas) gritando... me levanto a encender el ventilador.

En estos momentos, con este calor, agradezco dormir sola.

Me pongo boca arriba, de un lado, del otro. Nada. El gato se va. Ni él me aguanta con tanto trajín.

Agradezco el aire del ventilador, pero no hay manera. Habrá que probar con algo que hace bastante tiempo que no hago.

Abro el cajón de mi recién estrenada mesita de noche y ahí está... lo mismo ni funciona, después de tanto tiempo. Pero hay que probar, tengo que relajarme... Así que lo enchufo, vuelvo a tumbarme y sí... funciona. Cierro los ojos. Inspiro profundamente.

Lo malo de este tipo de vibradores es que meten mucho ruido, pero la verdad, me da igual. Inspiro y me dejo llevar. Jugueteo pasándolo por mis muslos, sintiendo la vibración cerca de mi sexo.
Pues va a ser que me apetecía... mi lengua humedece mis labios y deslizo el aparatito hasta mi pubis, mis labios; lo paseo hacia abajo, hacia los lados... me humedezco, lo noto y empiezo a suspirar y entonces, lo paso por mi clítoris... no necesito mucho tiempo para estar realmente mojada y excitada, para escucharme a mí misma gimiendo (curioso pero me excita escucharme, no me reconozco y es como si estuviese escuchando a otra persona). Y entonces aprieto el vibrador contra mi cuerpo, he encontrado "ese punto", a la izquierda, sigue en el mismo sitio! Y no tardo en notarlo: me pongo tensa, mis pies empujan contra el colchón y abro las piernas al máximo... y llega. Ya no recordaba lo fantástico que era un orgasmo con este cacharrito (sí, mejor que con la mayoría de los hombres que he conocido).  Y fuerzo la máquina, busco otro cuando casi no ha terminado el primero. Y llega el segundo. Intenso, un estallido que me deja exhausta (¿será la falta de práctica?).

Me quedo medio dormida con el cacharrito sobre mi vientre. Al rato, lo dejo sobre la mesita. Y me quedo dormidita hasta el amanecer.

Otro día más. Seguro.

Da gusto tener un día "normal"... 

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