jueves, 3 de mayo de 2012

Lecturas

Día 28


La oficina apesta a descerebrado. Cada día un poco más. No estoy seguro de poder seguir aquí mucho tiempo. Lo único bueno es que me pagan lo suficientemente bien para seguir haciendo mi trabajo, sin escuchar de mí demasiadas protestas. Llego a mi puesto. Tomo un café y comienzo mi jornada. No suelo despistarme demasiado. No me paso todo el día hablando como mis compañeros.
Yo trabajo. Trabajo y pienso en salir de aquí lo antes posible. Una hora más metido en esta jaula y empezaré a enfurecerme. Miro el reloj. Sólo queda media hora para poder salir por la puerta sin que nadie me lance una mirada de desprecio. Odio eso. Da igual que la hora de salir sean las seis de la tarde. Salir al menos a las siete es un rito ancestral que nadie comprende, nadie apoya, a nadie agrada. Todo el mundo lo hace.

Juan José Escribano Santiago
"Yo, psicópata. Diario de un asesino"

No hay comentarios: