Ella apretó el botón y aceptó la llamada entrante: -"Hola!",-exclamó, sorprendida por recibir una llamada suya.
- "Hola",- la voz de él sonaba extraña. ,-"¿Sabes,- continuó sin más,- me cabrea que no vengas a verme prácticamente más que 1 vez al mes y encima con prisas, me cabrea que no me llames en días y que cuando lo haces, nuestras conversaciones sean cada vez más cortas y de lo más... repetitivas, me cabrea que vengas y cuando llega la hora de irte te transformes en alguien "ausente y frío"... me cabrea que ya no me hagas sentir especial como hacías hace tiempo, me cabrean más cosas y lo que más, que a estas alturas todavía me afecten todas esas cosas"... Se hizo el silencio. "Hablaremos si quieres otro día, hoy estoy demasiado cabreado, principalmente conmigo mismo, me siento fatal y ya he dicho demasiado",- y colgó.
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