domingo, 26 de febrero de 2012

Nada es para siempre?

No pasaba un día en que al menos unos segundos pensase en ella. Tenía la certeza de que nada cambiaría, que jamás volverían a cruzarse en el camino y que si sucedía, todo sería probablemente superficial y forzado, una actuación, pero no tenía claro si incluso esa farsa no sería una gota de felicidad efímera que deseaba con todas sus fuerzas... no engañemos a nadie, sí lo tenía claro, estaría encantado de volver a verla, a poder tocarla, a sentir su roce en el instante del saludo, a oler su piel, su pelo, ver la luz de sus ojos iluminándolo todo...

La odiaba. La amaba. La deseaba.

Para siempre al parecer.

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