domingo, 19 de septiembre de 2010

Ritornando

No he parado.  Menos mal que tengo esta semana para descansar antes de ir al trabajo de nuevo.

Creo que es el primer destino de vacaciones al que he ido sin organizar previamente las cosas y en el que más he tenido que organizar y reorganizar día a día para poder ver lo máximo posible... cuántas cosas visitables puede albergar una ciudad como Roma? miles... ejemplo: iglesias hay 900... pero la verdad es que la mayoría, vista una vistas todas.

Pero lo principal y algo más, visto.

Creo que jamás había visitado una ciudad con tanto turista suelto y tanto grupo (una panda de borreguitos en su mayoría que no se enteraban de nada los pobres, con ese aparatito al oido escuchando al guia de turno con cara de acelga llevándoles a "matacaballo" de aquí para allá y que además, estorban un montón para las fotos, coñe). 
Flipada (vello de punta incluido) con la Fontana de Trevi, nada más llegar, salir de una callejuela a una plaza y ahí estaba. Alucinante la vista interior de la Basílica de San Pedro desde lo alto en la subida a la cúpula. Impactada con la grandeza (muchos dirían de exageración y posiblemente lo es) del Monumento a Vittorio Emmanuel. Echándole imaginación para "ver" lo que el imperio Romano creó en esa ciudad, impresionante, hacerte así una idea de lo que fue en su máximo esplendor y eso que está poco cuidado en su gran mayoría y cuesta imaginar lo que fue (pero para eso están algunas guías con fotografías del después y dibujos estupendo del antes...) y cabreada por su pérdida en el tiempo. Conmovida con la belleza de la Pietá, aunque protegida por una urna de cristal antibalas que no te deja vivirla con la misma intensidad y con el Lacoonte.
Descubriendo curiosidades que no suelen venir en las guías como esa "serratura" desde la puerta de entrada del Priorato de los Caballeros de Malta, que busqué y encontré, no sin dificultad por lo que digo, no está en los planos turísticos ni las guías, para, mirar por ella y ver, a lo lejos y enmarcado por una línea de cipreses que se curvan sobre ella, la cúpula de San Pedro.
Encantada con los capuccinos de (1,30 a 3,50 € según el lugar donde te sentases), la pasta casera (unos estupendos fetuccini picantes en el Trastévere) y "al dente", la pizza (desde 1 € al corte hasta 8 € una redonda al horno, enorme), el helado (caro, pero muy rico, 5 € el cucurucho digamos "mediano"), los granizados, la cantidad de fuentes de agua potable (con cada botellita fresca comprada en un puesto en la calle, de 500 cc, 1 ó 2 €, se agradecía la facilidad de rellenarlas con agua muy fresca gratis).

Asqueada con el tráfico caótico, mucho, ruidoso con ganas, irrespetuoso con los otros vehículos y con el peatón (cruzando con miedo por los pasos de cebra y semáforos en verde para el peatón). L@s italian@s: bastante bordes en su mayoría y resulta que esa fama de ligones que yo creía una "leyenda urbana" era una actitud que sólo tenían cuando salían de su país... pues no, es real (aunque no llegan a ser lo babosetes que yo he vivido en Benidorm jajajaja). El "coñazo" de ir eligiendo bares para tomar algo o comer ya que no todos cuentan con w.c. aunque hay muchos públicos,  en las plazas principales sobre todo. Apenada con la pobreza, gente muy mayor tirada en la calle y que se ve, viven donde pueden y que aceptan dinero o cualquier cosa que puedas darle, como esa mujer a la que dimos un bollo y una coca cola y que se zampó como si del manjar más exquisito se tratase. Que pobres también hay aquí, por supuesto, pero cuando los tienes en la puerta de la Plaza de San Pedro, vagando por los alrededores intentando obtener el pan del día de los turistas (por supuesto, dentro de la Plaza ni uno... qué ironía para la institución que es la iglesia, con lo que tienen y lo que te piden para los pobres...).
Ah, y hablando de la iglesia, un Benedicto muy cascado, que lo digo yo, que en la visita-audiencia a la que acudimos (debíamos ser unas 3.000 personas en esa sala o más) le vi muy poca cosa y muy jorobado...

Y -no podría dejar de nombrales- los "Gatos de Roma"... salí llorosa de la visita.

Consumista, no pude evitar "picar": camiseta -discreta- de Ferrari (sin Alonso ni historias, Ferrari y punto... si es que no buscamos la tienda, pero nos la encontramos y claro...), bolso oficial de Vespa, bolso de "Gatti di Roma" (para colaborar con su protectora), ropa interior a mitad de precio que lo que me costaría aquí y regaliz que allí lo hacen muy muy rico.
Y aunque eché la monedita de turno a la Fontana, no creo que vuelva a esa ciudad (bueno, si me invitan, me lo pienso, no soy tan desagradecida jajajajaja), pero que conste que es un destino que recomiendo, desde luego, para ir con tiempo, organización y ganas de patear y de saturarse de cultura e historia (tanto que vengo con ganas de ver un "Sálvame"...).

Ahora a buscar pelis como "Angeles y Demonios", "La dolce Vitta", "Vacaciones en Roma", etc. Ah, "premiere" de "Ama, reza, come", de Julia Roberts y Javier Bardem, en la Plaza de la República, y que vimos desde el bus, que nosotras teníamos cosas más interesantes que ver esa noche (Roma iluminada, pero la verdad, la crisis hasta eso ha tocado, los edificios, el foro, etc, dejando los principales puntos turísticos prácticamente a oscuras).

Y nada, que me dejo mogollón de cosas en el tintero pero estoy agotada del viaje y no doy pa'más (Ryanair, ida puntual. vuelta, en vez de salir a las 20:50 lo hicimos a las 22,30 y estoy cansadísima).

Pequeños ejemplos de la ciudad entre las 1.925 fotos que hice, próximamente.

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